Gaunilo

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Gaunilo (?-1083) monje benedictino, conocido por su refutación del argumento ontológico de San Anselmo.

El razonamiento de Gaunilo es el siguiente:

Si se debe decir que en el intelecto existe algo que no puede ser pensado de acuerdo con la verdadera naturaleza de lo que sea, entonces yo no niego que esa cosa exista también en mi intelecto. Pero ya que de esta afirmación de la sola existencia en el intelecto no es de ninguna manera posible inferir la existencia también en la realidad, entonces yo no le concedo al oponente que esta cosa que existe solo en el intelecto como una idea, exista también en la realidad mientras no se me pruebe tal cosa con un argumento indiscutible. Porque aquel que dice, aquello mayor que lo cual nada puede ser pensado existe no solo en el intelecto sino también en la realidad, porque de otro modo aquello que es mayor que todas las cosas no será mayor que todas las cosas, no se da cuenta para nada con quién esta hablando, pues yo no digo, más aun, yo incluso niego o dudo de que esto mayor que todas las cosas sea mayor que cualquier cosa real, ni le concedo a eso una existencia diferente de aquella existencia que uno tiene en la mente cuando el alma trata de imaginar, de una palabra que solo ha sido oída, una cosa completamente desconocida para ella. ¿Cómo, entonces, se me prueba que esto mayor que todas las cosas realmente existe simplemente porque es mayor que todas las cosas, cuando hasta este momento yo estoy negando, o dudando, de que el hecho de ser mayor que todas las cosas haya sido establecido, al punto que yo ni siquiera digo que eso mayor que todas las cosas exista en mi intelecto o en mi pensamiento ni siquiera de la manera en que muchas cosas dudosas e inciertas existen en mi intelecto? Para ello es necesario que primero yo adquiera la certeza de que aquello mayor que todas las cosas existe en algún lugar en la verdadera realidad, y solo entonces, debido al hecho de que es mayor que todas las cosas, no se podrá dudar de que existe también en la realidad.

Luego Gaunilo da su ejemplo de la Isla Perdida con el fin de aclarar su pensamiento y ridiculizar la posición de quien sostenga tal prueba:

Unos dicen que en algún lugar del océano existe una isla, que por la dificultad o más bien imposibilidad de encontrar lo que no existe, algunos llaman Perdida, y narran que ella es pujante por la inestimable abundancia de riquezas y delicias mucho más que lo que se dice de las Islas Afortunadas, y que, no teniendo ni propietario ni habitante, sobresale en todo sobre todas las otras tierras que habitan los hombres por la plétora de cosas que merecen ser poseídas. Que alguien me diga esto y yo fácilmente comprenderé lo que él dice, en lo que no hay nada de dificultad. Pero si entonces, como si fuera una consecuencia lógica, agregara y dijera: No puedes ya dudar que esta isla más preeminente que todas las tierras, que tú no dudas que está en tu intelecto, existe verdaderamente en algún lugar en la realidad; y, ya que es lo más preeminente, existe no en el intelecto solo sino también en la realidad; por tal razón es necesario que ella exista en la realidad, porque si no existiera en la realidad, cualquier otra tierra que exista en la realidad será más preeminente que ella, y así ahora ella misma que ha sido reconocida por ti como más preeminente, no será más preeminente; si con esto él me quisiera demostrar que no hay que dudar más, con relación a aquella isla, que ella existe en verdad: yo creería o bien que él está bromeando o bien yo no sé a quién yo deba considerar más tonto, si a mí mismo en caso de que yo le aceptara su prueba, o a él si piensa que él ha demostrado con alguna certeza la existencia de aquella isla, sin antes haberme enseñado que la preeminencia de esa isla existe en mi intelecto únicamente como una cosa real e indudablemente existente y de ninguna manera como algo falso e incierto. (Fernando Tola, Filosofía de la India, Editorial Kairós, 2008, ISBN 8472456889, páginas 606-608.)