Concepto

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Representación abstracta o general del objeto. Según la filosofía tradicional, formamos conceptos por un proceso de abstracción, es decir, por aquella operación mental mediante la cual prescindimos unas características presentes en el objeto con el fin de fijar aquellas que son esenciales. Los conceptos poseen las propiedades de la comprensión o intensión (conjunto de propiedades definitorias del objeto) y de la extensión (conjunto de objetos que caen bajo el concepto).

Según el materialismo filosófico, los Conceptos se utilizan en correlación con las Ideas.

Nos referimos a los «conceptos objetivos», no a los «conceptos subjetivos» (entendidos por la Escolástica como resultados del primer acto de la mente).

Concepto (objetivo) es la determinación (delimitada frente a otras) de cualquier contenido (términos, relaciones, operaciones) dado principalmente en un proceso de cierre categorial («concepto de triángulo»-término, «concepto de homotecia»-relación, «concepto de adicción»-operación).

Los conceptos objetivos se mantienen en el ámbito de una ciencia o de una categoría. El análisis de las Ideas, orientado a establecer un sistema entre las mismas, desborda los métodos de las ciencias particulares y constituye el objetivo principal de la filosofía. Las ciencias positivas utilizan conceptos. A partir de la confrontación entre conceptos de ciencias y categorías diferentes van formándose las Ideas. Las Ideas constituyen el campo de la filosofía.

En el materialismo filosófico, se utiliza el término «concepto» para designar aquellas configuraciones de fenómenos que alcanzan una claridad y distinción precisa («claridad» ??? a la que se opone la oscuridad ??? en cuanto incluyen criterios que permiten distinguir ese grupo de fenómenos de otros que están fuera del concepto; «distinción» ??? a la que se opone la confusión ??? en cuanto permiten diferenciar las partes internas de ese conjunto). Hay conceptos claros pero confusos; más difícil es encontrar conceptos distintos que sean oscuros.

Los conceptos rigurosos van referidos a los campos técnicos, científicos y tecnológicos (por ejemplo, el concepto de «espada de bronce» es un concepto claro y más o menos distinto; el concepto de «triángulo» es un concepto claro y distinto; el concepto de «cigüeñal» es un concepto más claro que distinto para los que no son expertos en mecánica). Los conceptos se circunscriben, por tanto, al dominio de alguna categoría; las ciencias positivas se desarrollan por medio de conceptos a muy diferentes niveles. Pero los conceptos no agotan la materia de los dominios dentro de los cuales se delimitan; además, los conceptos de diferentes dominios mantienen entre sí relaciones de semejanza, de oposición, &c., que, cuando ya no pueden definirse por medio de otros conceptos, requieren la formulación de Ideas, capaces de atravesar diferentes categorías e incluso la totalidad de ellas; por ejemplo, la Idea de Estructura vincula conceptos biológicos, cristalográficos, matemáticos; la Idea de Causa comprende a conceptos físicos, biológicos, sociales o psicológicos. Las Ideas no bajan del cielo ni salen de la mente (o de la razón pura): proceden de los conceptos.

Como criterio de discriminación entre técnicas y ciencias positivas respecto de la filosofía, el materialismo filosófico se sirve de la distinción entre conceptos e Ideas: las técnicas o las ciencias trabajan con conceptos; la filosofía trabaja con Ideas y con las concatenaciones entre ellas en forma de sistemas filosóficos. Los paraconceptos (o pseudoconceptos) son en realidad términos que representan conceptos oscuros y confusos, o grupos confusos y oscuros de conceptos, algunos de los cuales puede ser claros o distintos (por ejemplo, el término «decaedro regular» es un paraconcepto, porque pretende vincular el concepto claro y distinto de decaedro y el concepto claro y distinto de poliedro con caras iguales o regular, siendo así que tal vinculación es imposible); las paraideas (o pseudo-ideas) son también términos que nos remiten a ideas confusas y oscuras o a composiciones confusas y oscuras de Ideas, alguna de las cuales puede ser clara o distinta (por ejemplo, la Idea de Dios monoteísta es una paraidea por cuanto resulta de la composición de Ideas tales como la omnipotencia o la omnisciencia, que se consideran como incompatibles en relación con ciertas realidades históricas).

Enlaces de interés

Panfleto materialista. La Filosofía. Escrito por Juan José Méndez Iglesias. Pentalfa, Oviedo 2014
Panfleto materialista. La Filosofía. Escrito por Juan José Méndez Iglesias. Pentalfa, Oviedo 2014
Panfleto materialista. La Filosofía. Escrito por Juan José Méndez Iglesias. Pentalfa, Oviedo 2014