Contexto de justificación/de descubrimiento

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El contexto de justificación va referido al conjunto de procesos racionales (demostraciones, experimentos, argumentaciones lógicas, etc.) en virtud de los cuales queda establecida la validez de los conocimientos científicos. Se contrapone al contexto de descubrimiento, que abarca a aquellos procesos efectivos (históricos, sociológicos, psicológicos, etc.) que han conducido a un descubrimiento científico y que, por consiguiente, pueden incluir componentes irracionales (intuiciones, creencias metafísicas, el azar, etc.). El distingo contexto de descubrimiento/contexto de justificación fue formulado por Juan Reichenbach en 1938 y ha sido objeto de algunas críticas, sobre todo desde aquellas posiciones gnoseológicas que, al concebir la ciencia como una práctica eminentemente histórica y social, tienden a eliminar la frontera que separa los dos contextos. En todo caso, si bien cuando nos movemos en la perspectiva psicológica se puede aceptar la distinción (trivial, por otra parte) entre contexto de descubrimiento y contexto de justificación y reconocer la prioridad del primero sobre el segundo, desde una perspectiva gnoseológica la distinción así entendida resulta difícil de mantener, pues no puede haber un descubrimiento previo a su justificación. Solamente cuando hemos justificado algo, podremos retrospectivamente decir que lo hemos descubierto. Por consiguiente, gnoseológicamente hablando, la justificación es anterior al descubrimiento.

Conviene subrayar la superficialidad del concepto etimológico de descubrimiento, tributario de un planteamiento psicológico y de un realismo ingenuo, porque el teorema de Pitágoras, ¿acaso preexistía a Pitágoras? La reconstrucción gnoseológica de la idea de descubrimiento la basamos en la interpretación de esta idea en el contexto de una relación ternaria entre sujetos y objetos, relación que tiene dos versiones que mantienen entre sí una cierta dualidad: el contexto previo del cual se parte, se transforma, da lugar o conduce al resultado objetivo del descubrimiento, pero la composición es una integración de lo descubierto en el contexto previo. De este modo, podemos establecer cuatro tipos de descubrimientos: neutros, negativos, nulos o absorbentes, y particulares.

1) Descubrimientos neutros son aquellos que dejan al contexto previo invariante en lo que se estima en él de esencial. Corresponde éste al caso en el cual lo descubierto actúa como un módulo o elemento neutro. Es frecuente contraponer el descubrimiento de Colón al descubrimiento de la Luna en el sentido siguiente: que mientras quienes atravesaban el Atlántico en las Carabelas iban hacia lo desconocido, en cambio, quienes atravesaban el espacio en el Apolo XI entre la Tierra y la Luna conocían con precisión su trayectoria y tenían previsto científicamente lo que iban a descubrir. En todo caso, lo que en esta contraposición se está expresando es esto: que el viaje de las Carabelas tuvo como resultado una modificación sustancial del mapa por el que se habían guiado, comparativamente mucho mayor que las modificaciones que el viaje del Apolo XI determinó en los mapas astronómicos; el descubrimiento de 1969 constituyó una reiteración del contexto previo y la novedad fundamental fue aquí precisamente la falta de novedad, es decir, el carácter neutro o modular del descubrimiento.

2) Descubrimientos negativos son aquellos que partiendo de un contexto dado, nos abren a una situación definible como opuesta a la representada por el contexto previo. Esto empezando por el propio concepto de revolución copernicana, cuando este concepto no es meramente una permutación de los lugares relativos del Sol y de la Tierra. Porque no nos atenemos sólo al resultado de la transformación, sino que es preciso mantener la referencia al sistema topo-céntrico previo, al margen del cual el propio proceso revolucionario se desdibuja. Pero también es cierto que en la simple rectificación que el descubrimiento comporta de algún contenido parcial del contexto previo, podremos también advertir la presencia de la negatividad. Probablemente uno de los descubrimientos de mayor alcance contenido en el descubrimiento de América fue el descubrimiento de los pueblos o culturas precolombinas, en tanto él implicaba el descubrimiento negativo de la interna debilidad de la ideología religiosa bíblica, pues ¿habían estado los animales americanos en el arca de Noé?

3) Descubrimientos nulos o absorbentes. Se darán cuando lo descubierto sea de tal naturaleza que pueda ser interpretado como un elemento absorbente. Ahora el contexto previo quedaría eliminado, en el sentido de que en lo sucesivo se prescindirá de él, como de una hipótesis de trabajo que resultó ser estéril o absurda una vez conocidas las consecuencias. Consideremos un descubrimiento cuya importancia es tal que, según Platón y con razón, el maestro que no lo transmitiese a sus discípulos, merecería la pena de muerte: el descubrimiento de los irracionales. Este descubrimiento tiene como contexto previo el postulado pitagórico de la conmensurabilidad. A partir de este contexto se llegará a una contradicción según la cual lo par es lo impar. El descubrimiento de los irracionales tiene la forma de un descubrimiento negativo: la hipotenusa no es conmensurable con el cateto tomado como unidad. Ahora bien, esta negación gramatical del postulado pitagórico de la conmensurabilidad, ¿autorizaría a anular el postulado como si hubiera sido una simple errata? La concepción platónica del método dialéctico no autorizaría a esta conclusión. El postulado pitagórico de la conmensurabilidad queda negado (pero no borrado) por el descubrimiento de los irracionales, pues sigue siendo condición necesaria para la formulación de éste.

4) Descubrimientos particulares. Son aquellos que corresponden a los casos en los cuales el contexto previo se mantenga globalmente pero de tal forma que el descubrimiento, o bien lo desarrolla parcialmente, o bien lo rectifica parcialmente. Ahora bien, si todo descubrimiento positivo pudiera acogerse al canon de los descubrimientos neutros, entonces el cuarto tipo de descubrimientos sería el de los descubrimientos particulares negativos. El descubrimiento de que el lucero de la mañana es el mismo (o tiene la misma referencia) que el lucero de la tarde, es la negación del contexto fenoménico en el cual estos objetos (o sentidos) son distintos. O bien, para poner otro ejemplo, el descubrimiento de que el continente abierto por Colón e identificado en su contexto previo con el continente asiático, era distinto de éste, siendo aquí cuando puede comenzar a hablarse formalmente del descubrimiento geográfico de América.

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