Deducción
De A se sigue necesariamente B, de B se sigue necesariamente C; y es el caso que ocurre A, luego también C.
La deducción directa es una deducción en la cual las premisas llevan a la conclusión de un modo directo y positivo.
La deducción indirecta (reductio ad absurdum) es la deducción en la que se da una especie de rodeo para llegar a la conclusión deseada porque los intentos de obtener directamente la conclusión no dan resultado. Hay cuatro momentos:
1. Dar por supuesta la falsedad de la conclusión (es decir, la negación de lo que se desea probar);
2. Obtener, a partir de ese supuesto, una contradicción;
3. Rechazar, en vista de semejante resultado, dicho supuesto; y
4. Afirmar, como consecuencia de ello, la conclusión deseada.
Este método es el de la reductio ad absurdum y se inspira en la idea que es crucial para la lógica, de que una contradicción es inadmisible: si una proposición da lugar a contradicción, entonces debe ser rechazada.
A diferencia de la inducción, en toda deducción la conclusión se obtiene necesariamente a partir de las premisas.