Emic/etic

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La distinción emic/etic fue establecida originariamente por el lingüista y misionero Kenneth Lee Pike (1912-2000), para diferenciar las dos perspectivas alternativas (no disyuntivas) en las cuales habrán de situarse los cultivadores de las ciencias humanas (lingüistas, etnógrafos, antropólogos, historiadores...), pero también los cultivadores de las ciencias etológicas y, desde luego, los juristas, políticos, militares, los hombres en general, en el momento en que se disponen a interpretar los actos o productos de otros hombres o de otros grupos sociales. Estudiando sin intérprete el idioma de los indios mixtekas, Pike advirtió la posibilidad de transcribir su habla en alfabeto fonético o por grabación, sin entender su significado, aunque con posibilidad de que la grabación o la transcripción fuera entendida por terceros conocedores de la lengua mixteka; llamó etic (de fon-ética, phonetic) a las transcripciones de ese idioma; la traducción de su significado fonético a frases en inglés (o en español, &c.) con significado implicaba adoptar la misma perspectiva de los nativos o «agentes» del habla, perspectiva a la que llamo emic (de fon-émica, phonemic).

La distinción se generalizó a otros campos, como la antropología, etnología, psicología, moral, sociología, política, derecho procesal, historia, &c. La perspectiva emic describe los hechos desde el punto de vista de sus agentes; la perspectiva etic describe los hechos desde el punto de vista del observador (etnólogo, historiador, periodista, juez, &c.). Un chamán describirá (emic) su experiencia de éxtasis como un contacto con los antepasados que hablan por su boca; un etnólogo describirá (etic) el éxtasis del chamán detallando la actitud de su cuerpo, las circunstancias de sus posturas e incluso recogiendo sus palabras, pero sin atribuirlas desde luego a los difuntos.

Tal distinción hace referencia a las dos perspectivas propias de situaciones en las que se encuentran sobre aquellos que cultivan las ciencias humanas, especialmente los antropólogos, los historiadores y los lingüistas. La perspectiva etic es la correspondiente al punto de vista del observador que se halla fuera de la cultura que observa. La perspectiva emic, en cambio, corresponde al punto de vista del agente o participante situado dentro de la cultura. Marvin Harris pone el ejemplo del tabú de comer carne de vaca en la India. Desde la perspectiva emic, las vacas no se comen por motivos religiosos. Sin embargo, desde el punto de vista etic, las vacas vivas "rinden" más en el sentido de la relación del hombre con el entorno (su estiércol se utiliza como combustible, no compiten con los hombres para alimentarse, desempeñan un papel fundamental en la agricultura, etc.).

Gustavo Bueno reformula la distinción etic/emic desde la perspectiva de la teoría del cierre categorial en Nosotros y ellos (Pentalfa, Oviedo 1990). Según este filósofo, tal distinción no constituye ni un teorema ni una tesis científica, sino que funciona como un contexto determinado capaz de organizar de forma característica determinados materiales fenoménicos (contexto colimador). Las explicaciones de las ciencias humanas no son estrictamente explicaciones etic ni explicaciones emic. Los contenidos emic (los mitos, por ejemplo) no son verdaderas explicaciones científicas, sino contenidos fenoménicos que deben ser ellos mismos reconstruidos (explicados) en un nivel superior. Para ello es necesario un marco abstracto de inteligibilidad que no es estrictamente etic (en el sentido de que no es exterior) y que depende de lo emic. Frente al «emicismo» (según el cual el fin de las ciencias humanas es conocer los aspectos emic de los contenidos culturales), al «eticismo» (que elimina lo emic para sostener que las únicas explicaciones científicas son las explicaciones etic) y al «paralelismo» (basado en la yuxtaposición o isomorfismo entre las explicaciones emic y las explicaciones etic), la teoría del cierre categorial adopta la perspectiva dialéctica y sostiene que las explicaciones de las ciencias humanas son explicaciones racionales de mecanismos culturales prolépticos por los que se ejecutan secuencias de conductas operatorias.

En efecto: lo emic sería lo que está dentro, lo interior a la conciencia del agente. Lo etic, en cambio, es lo exterior a esa conciencia, lo que permanece fuera. De este modo, sería émica la descripción que se sitúa en la perspectiva del actor o participante, y ética aquélla que se refiere a lo que el observador o sujeto gnoseológico capta y analiza desde su propia situación.

Dos tipos de cuestiones suscita principalmente esta distinción:

(1) El conocimiento pleno de la realidad (etnológica, sociológica, jurídica...) ¿requiere la perspectiva etic o bien la emic, o ambas (en cuyo caso se planteará el problema de las conexiones que han de mantenerse entre ellas)?

(2) La perspectiva emic, aún en el caso en que sea considerada errónea, puede sin embargo contribuir al desarrollo efectivo de la realidad histórica o social. El «descubrimiento de América» es una formulación etic de los viajes colombinos, que emic fueron interpretados como una nueva ruta a las Indias orientales, o incluso (desde la perspectiva emic de Colón) de una ruta que le habría conducido al Paraíso terrenal. Y sin embargo el impulso de los viajes hacia Poniente no se generó en perspectiva etic (no se había formado aún el concepto de América), sino en perspectiva emic, puesto que su objetivo político y comercial era descubrir una nueva ruta hacia la India. Más aún: probablemente, al margen de esta perspectiva emic, los viajes hacia el Poniente no se hubieran organizado en el siglo XV. En efecto: desde la perspectiva emic de Cristóbal Colón, de los Reyes Católicos, o de quienes apoyaron la empresa de la «navegación hacia el Poniente», puede decirse que Colón no descubrió América (Colón creyó haber llegado al Cipango o al Catay) y que la empresa no se organizó para descubrirla. Decirlo sería un anacronismo, tanto más grave cuanto que históricamente los motivos que determinaron la empresa colombina actuaron precisamente al margen de América (por ejemplo, actuaron a través del proyecto estratégico de «coger a los turcos por la espalda», después de la toma de Granada y de su repliegue a Oriente). Pero desde una perspectiva etic, que es la nuestra (la de nuestra Geografía), habrá que decir que Colón descubrió América. La perspectiva emic no recoge, por tanto, meras «superestructuras mentales» (ya sean éstas mentalidades psicológicas, ya sean las mentalidades históricas en torno a las cuales algunos historiadores pretenden edificar una disciplina denominada «historia de las mentalidades»), sino estructuras psicológicas, sociales, históricas o políticas que intervienen en el proceso mismo de la realidad humana.

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