Religación

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La idea de religación se refiere a un tipo de nexos o de relaciones internas que los sujetos humanos (individuos o grupos) mantienen con otros sujetos o realidades humanas o no humanas. Con la expresión «relaciones internas» expresamos algo muy similar a lo que los escolásticos llamaban «relaciones trascendentales», entendidas como aquellas relaciones que, lejos de ser sobrevenidas a los sujetos o términos que las soportan (y que, por tanto, habrían de ser reconocidos como previamente dados a estas relaciones: la relación de igualdad entre dos volúmenes A y B presupone que el volumen de A y el de B están dados previamente a la relación establecida entre ellos), se presentaban como constitutivas de los sujetos mismos que las soportan. Así, por ejemplo, la relación de causa-efecto sería constitutiva del efecto, si éste no pudiera considerarse como previamente existente respecto de su causa. Por ello mismo, como los escolásticos advirtieron, las relaciones trascendentales sólo lo son según el decir (secundum dici) y no según el ser (secundum esse). La religación es un tipo de relaciones trascendentales constitutivas de los mismos sujetos humanos afectados por ellas. No cabe hablar de esos sujetos humanos como entidades dadas previamente a supuestas relaciones de religación que ellas contrajeran ulteriormente.

El materialismo filosófico distingue cuatro tipos de relaciones de religación:

  • Religación cultural, como relación constitutiva de los sujetos humanos respecto de realidades culturales extrasomáticas, es decir, de entidades humanas, fabricadas por el hombre, pero impersonales, y al margen de las cuáles el sujeto no podría haber llegado a ser humano («el palo, el garrote, hizo al hombre»).
  • Religación personal humana, como relación constitutiva de los sujetos humanos con otros sujetos humanos: el individuo humano está religado a otros sujetos sin los cuales no puede existir como tal sujeto («no hay yo sin tú»).
  • Religación cósmica, como la relación constitutiva de los sujetos humanos con entes impersonales y no humanos, es decir, con los entes llamados «naturales»: el sujeto humano no puede concebirse como si fuera el «hombre volante» que Avicena ideó para subrayar la espiritualidad sustancial de los sujetos humanos.
  • Religación religiosa, como la relación de los sujetos humanos con otros sujetos no humanos pero personiformes, como puedan serlo, por ejemplo, los animales numinosos.

La religión se define, dentro del materialismo filosófico, como la religación de cuarto género (que no se reduce a la supuesta religación con el Dios del monoteísmo).

Como las relaciones de religación se sitúan en el espacio antropológico, cada género de religación corresponderá a un eje del espacio antropológico: la religación cultural y cósmica van referidas al eje radial, la religación personal corresponde al eje circular y la religación religiosa al eje angular.

Javier Zubiri y los seguidores de este filósofo católico español reducen la religación al supuesto nexo que creen que existe entre el hombre y Dios.