Sociedad perfecta / Sociedad imperfecta

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Par de conceptos neoescolásticos usados antes del Concilio Vaticano II para caracterizar los distintos tipos de grupos humanos según sus fines.

Por sociedad perfecta se entendía aquella sociedad que poseía un fin completo y en su orden se bastaba a sí misma para conseguir dicho fin. Por lo tanto, las sociedades perfectas no estaban subordinadas a otra sociedad sino que eran independientes. Los ejemplos más claros que actuarían como primeros analogados serían la Iglesia y el Estado. Ambas eran presentadas como sociedades perfectas: la primera, la Iglesia, «tendría como fin el bien espiritual y la felicidad eterna de los hombres» (Cf. INCIO, 1942, Pág. 104). El Estado, tendría como fin el bien común de los hombres.

Se discute si las sociedades angélicas con sus jerarquías son una sociedad perfecta o no. En tanto el fin de los ángeles es dar gloria a Dios podría caracterizarse como sociedad perfecta. Pero como sociedad cuyo fin es guardar y ayudar a los hombres, podría entenderse a las sociedades angélicas como sociedades imperfectas. Si Dios, en la Doctrina Católica, quiere la salvación de los hombres y los ángeles deben ser los fieles siervos de Dios, resulta que el Bien Común y el Bien Espiritual de los ángeles es mediado por el Bien Común y el Bien Espiritual de los Hombres. Desde la filosofía materialista de la Religión puede reinterpretarse dicha discusión como una distinción realizada por las religiones terciarias en conflicto con las secundarias al diferenciar entre númenes 'domesticados' es decir, númenes subordinados a los fines de los hombres (los ángeles se conciben como sociedades imperfectas) y númenes 'salvajes' cuyos fines son independientes a los fines humanos (cuando los ángeles son concebidos como sociedades perfectas)

Por sociedad imperfecta se entendía aquella sociedad cuyo fin era incompleto y en su género no se bastaba a sí misma, por lo cual tendría que estar subordinada a otra sociedad superior que tenga por fin el mismo bien pero completo. Como ejemplo gráfico, los escolásticos utilizaban las sociedades mercantiles cuyo fin estaba subordinado al del Estado. Esta concepción se mantenía explícitamente contra el liberalismo económico que identificaba el fin de las sociedades mercantiles con el fin del Estado (el Bien Común sería la libertad de mercado). Para la doctrina católica el fin del Estado será siempre perfecto porque se basta a sí mismo mientras que el fin de las sociedades mercantiles siempre deberá estar subordinado a los fines superiores de las sociedades perfectas. No se niega la libertad de mercado, sólo se combate su identificación con el Bien Común o fin al que tiende todo Estado rectamente ordenado.

Bibliografía.

  • INCIO, Valentín. Compendio de Apologética, Ediciones Veritas, Madrid, 1942.