-ismo

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El sufijo -ismo transforma a las significaciones o conceptos formados a partir de raíces, bases, núcleos o constituyentes pertenecientes a campos categoriales muy diversos en ideas (derivadas de los constituyentes) que representan o bien modos de ser o de organización, natural o cultural, identificables dentro de un sistema de alternativas o disyuntivas posibles frente a las cuales se definen (identificables implica que esos modos de ser sean repetibles, principalmente como efectos de causas o principios de la más diversa índole, y que posean una relativa estabilidad en su ámbito), o bien modos o modelos de hacer o de proceder (tanto institucionales como no institucionales, ya sean «naturales», ya sean «culturales») identificables (repetibles, estables) dialécticamente, es decir, dentro de un sistema de alternativas o disyuntivas posibles frente a las cuales se definen.

De este análisis se desprende que el significado -ismo actúa ante todo como un clasificador, en la enorme variedad de modos de ser o de hacer, tanto de la realidad no institucional (sea natural, sea cultural) como de la realidad institucional en función de la cual caracterizamos a la cultura humana. Por vía de ejemplo, el estrabismo se entenderá como un modo de organizarse los ejes del globo ocular, efecto morfológico de causas orgánicas (ya sean programas genéticos, ya sean programas somáticos o simplemente lesiones); el estrabismo es una disposición o modo de ser un organismo binoculado, una disposición identificable entre otras disposiciones alternativas, y dotadas de una relativa estabilidad, la suficiente para eliminar cualquier hipótesis aleatoria. El botulismo es un efecto real (un modo de ser, no una doctrina o cosa parecida, como sugiere el diccionario) provocado tras el consumo de carne pasada (latín botulus = salchicha) o de otros alimentos (generalmente embotados), efecto provocado por un microbio anaerobio denominado Bacilus botulinus. Este efecto, aunque tiene lugar en un campo cultural-industrial (en el que hay salchichas, latas o botes de conservas), se produce por vía naturales, no culturales. Es un efecto, o modo de ser efecto, que se produce dentro de un conjunto de alternativas o disyuntivas posibles, un efecto identificable por los síntomas característicos (y entre ellos, por cierto, a veces, ciertos trastornos oculares como la diplopía o estrabismo interno).

Por supuesto, el sufijo -ismo también define modos de ser o modos de hacer ya estrictamente institucionales, y no sólo culturales, como puedan serlo las conductas del canibalismo, descritas en muchas especies de vertebrados, «modos de hacer» o de conductas alternativas a otras posibles, pero que discurren en un terreno que no requiere un momento nematológico doctrinal, sin que por ello pueda ser llamado tecnológico (si es que el momento tecnológico lo consideramos siempre conjugado con un momento nematológico).

Sin duda, el sufijo -ismo afecta sobre todo a raíces o núcleos propios de campos categoriales institucionales (etnológicos, religiosos, ceremoniales, políticos, doctrinales...). En Feijoo, tomado como referencia importante en la historia del léxico de la lengua española, encontramos raíces con -ismo que son todas ellas instituciones: bautismo, aforismo, mecanismo, cartesianismo, escepticismo, silogismo, cristianismo, guarismo, paralelismo [del eje de la Tierra], despotismo, materialismo, muratorismo, newtonianismo. Y sin duda, los compuestos con -ismo aparecen sobre todo en el terreno de las instituciones, pero no sólo doctrinales (tales como cristianismo o islamismo) sino también ceremoniales (bautismo), morfológicas (catecismo), conductuales (solecismo), &c. En general, en contextos políticos alternativos o disyuntivos de otros, dentro de un sistema político (liberalismo, comunismo, marxismo, socialismo, fascismo, integrismo...), también en contextos científicos (atomismo, corpuscularismo...), sebasmáticos (totemismo, animismo, teísmo, ateísmo, judaísmo, islamismo...), artísticos (en las «vanguardias» sobre todo: impresionismo, puntillismo, cubismo, surrealismo, dodecafonismo...), &c.

El sistema de alternativas o disyuntivas implícitas en los términos con -ismo se corresponde muy bien con las alternativas o disyuntivas de los términos-clase (géneros supremos, géneros subalternos, especies...), pero también con términos doctrinales que de algún modo tienen que ver con alternativas o disyuntivas entre proposiciones [p, ?p, q, ?q...].

La distinción entre modos de ser y modos de hacer puede ponerse en correspondencia –y correspondencia no es identidad– con la distinción entre metodologías alfa operatorias y metodologías beta operatorias. Por último, los términos con -ismo pueden tener, para quienes los asumen, connotaciones axiológicas positivas (es decir, valores positivos: progresismo, racionalismo) o negativas (terrorismo, anarquismo, capitalismo), pero pueden ser neutras (como silogismo, tropismo). Es lógico que, supuesta la condición disyuntiva del sistema al que pertenecen la mayor parte de los términos en -ismo, la valoración de un término en -ismo tenga signos opuestos en sus utilizaciones disyuntivas: anarquismo, en boca de un anarquista, asume un valor positivo, pero es un contravalor en boca de un comunista. Se comprenden sin dificultad las situaciones ambiguas: la clasificación aristotélica de las formas de Estado (monarquía, aristocracia, democracia) es neutra desde muchos puntos de vista, pero puede recibir un significado axiológico cuando se contempla frente a sus respectivos opuestos (tiranía, oligarquía, demagogia). Gustavo Bueno, «Historia (natural) de la expresión “fundamentalismo democrático”», El Catoblepas, núm. 95 (2010), Nódulo materialista.