Absorción

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La «absorción» es un proceso que puede tener lugar cuando, una vez aplicada con éxito una «reducción descendente» de alguna idea, situación, sistema o estructura de orden A, a otra estructura, situación, &c. de orden a, se desencadene una reducción ascendente desde la estructura a reducida a otro sistema, idea, &c., de orden A' (en principio distinto del A), en virtud de la cual pueda decirse que a queda absorbida (o reabsorbida) en A.

Ejemplo 1. El sistema «formal» de la numeración decimal puede reducirse genéticamente al plano empírico de las operaciones «quirúrgicas» del contar con los números de las manos (los números «dígitos»); pero esta reducción no es definitiva o absoluta (no convierte a los números dígitos --ni siquiera a sus cifras romanas: I, II, III, IV, V-- en algo así como «emblemas de dedos») precisamente porque el «conjunto de los dedos de la mano» puede quedar, a su vez, reabsorbido en los conceptos de los conjuntos aritméticos y en otros sistemas de numeración (binario, octal, &c.).

Ejemplo 2. Los universales escolásticos, o las clases de los lógicos «platonizantes» pueden reducirse (a fin de recibir un tratamiento más riguroso del que se acostumbra en Metafísica) al terreno del Álgebra, definiendo las clases, por ejemplo, las clases a o la b, mediante letras «encapuchadas» antepuestas a una función: a=xF(x); b=xyG(x,y)). La reducción algebraica puede servir para precisar y replantear muchas cuestiones que en el tratamiento tradicional pueden quedar sumergidas en oscuras nebulosas metafísicas; sin embargo, tampoco podemos llegar a pensar que la reducción algebraica ha eliminado definitivamente todos los contenidos «ontológicos» de la cuestión, y ello debido a que las estructuras algebraicas reductoras quedan, a su vez, reabsorbidas en la Idea de universal (o de clase), puesto que la variable x (o la y) ha de quedar definida, previamente a su «encapuchamiento» tras la presentación de su «dominio de variabilidad», x={x1,x2,x3,...xn}, el cual constituye ya, por sí mismo, una clase «tipográfica».

Ejemplo 3. Desde una perspectiva tecnogenética o sociogenética, la doctrina platónica de las Ideas podría ser reducida genéticamente a la tecnología de la acuñación de monedas metálicas (las monedas acuñadas tienen materia y forma; el debate sobre el fundamento del valor de la moneda --¿el metal?, ¿el cuño?, ¿ambos?-- es paralelo a los debates a que dio lugar la doctrina platónica; incluso la doctrina medieval de la «sigilación», como explicación del proceso en virtud del cual se multiplica distributivamente una forma en sus diferentes individuos o ejemplares, es una metáfora de la tecnología de la acuñación de monedas). Pero esto no excluye que las colecciones de series de monedas acuñadas, según metales o sellos diferentes, constituyan a su vez casos que hay que analizar mediante su reabsorción en las Ideas platónicas, en tanto estas cubren también otras multiplicidades distributivas (animales, vegetales, &c.) muy distintas de las constituidas por las monedas metálicas.