Gerhard Schneemann

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Gerhard Schneemann, S. I. (Wesel, Alemania 1829-Kerkrade, Holanda 1885). Estudia derecho y economía política en las Universidades de Bonn y Münster, y filosofía en el Colegio Germánico de Roma. En 1856 recibe la ordenación sacerdotal y en 1862 completa su formación como jesuita con la tercera probación. Como profesor enseña filosofía, historia de la Iglesia y derecho canónico en el Colegio Máximo de la Compañía de Jesús en Maria-Laach. Significado defensor del Syllabus errorum y del dogma de la infalibilidad papal, escribe cinco de los doce tratados que componen la serie La encíclica del papa Pío IX del 8 de diciembre de 1864. En 1871 funda la revista Stimmen aus Maria-Laach, que dirige entre 1879 y 1885. En 1872, tras la promulgación de la segunda ley de la Kulturkampf, por la que se expulsa de Alemania a la Compañía de Jesús, Schneemann se establece en Holanda, donde fallece en 1885. Principales obras: Estudios sobre la cuestión de Honorio (1864), Los errores sobre el matrimonio (1866), La libertad e independencia de la Iglesia (1867), La autoridad doctrinal de la Iglesia (1868), Testimonio de san Ireneo sobre el principado de la Iglesia romana (1870), Origen y desarrollo de la controversia entre el tomismo y el molinismo (1879-1880), Actas y decretos de los concilios sagrados más recientes. Colección Lacense (7 vols., 1870-1892).

En su Origen y desarrollo de la controversia entre el tomismo y el molinismo, Gerhard Schneemann, S. I., intenta explicar por qué, el 28 de agosto de 1607, tras nueve años de Congregaciones de auxiliis, celebradas bajo la presidencia de dos papas, Clemente VIII y Paulo V, finalmente, éste último decide no condenar la Concordia del libre arbitrio con los dones de la gracia y con la presciencia, providencia, predestinación y reprobación divinas, de Luis de Molina, confirmando así el «vaticinio» que el cardenal jesuita Roberto Belarmino hizo en 1602, según cuenta el cardenal Francesco María del Monte: «Estaba yo en cierta ocasión asistiendo a una misa solemne en la iglesia de San Marcelo, cuando le comenté al cardenal Belarmino, que también estaba presente, que el Papa por fin había tomado una decisión con relación a la disputa que mantenían dominicos y jesuitas. A esto Belarmino replicó: “El papa Clemente nunca fallará esta causa”. Yo le pregunté: “¿Por qué no? Sin duda, puede y también quiere”. Belarmino respondió: “No niego que pueda y que también quiera; sólo digo que no lo hará; y si quisiera hacerlo, antes moriría”». Pero ¿por qué Clemente VIII no fallaría la causa, según el cardenal Belarmino, y Paulo V, finalmente, tampoco condenaría la Concordia? Schneemann aducirá razones de tipo puramente doctrinal, tratando de disipar la sospecha de que otras «ocultas razones» hubiesen movido al Romano Pontífice a tomar su decisión.