Gilberto Ryle
Gilbert Ryle (Brighton, 19 de agosto de 1900 – Whitby, 6 de octubre de 1976) fue un filósofo británico y uno de los principales representantes de la filosofía del lenguaje ordinario. Entre 1947 y 1971, fue editor de la revista Mind, una de las publicaciones filosóficas más influyentes de su tiempo.
Ryle estuvo influenciado por las ideas de Ludwig Wittgenstein y es conocido principalmente por su crítica al dualismo cartesiano, al que se refirió con la célebre expresión «el dogma del fantasma en la máquina». Su obra más importante, El concepto de lo mental (1949), fue una respuesta al dualismo de Descartes y desafió la noción tradicional de mente como una entidad separada del cuerpo. Anticipó que su filosofía sería etiquetada como conductista, y así ha sido comúnmente interpretada.
«Gilberto Ryle fue "Waynflete Professor of Metaphysical Philosophy" en la Universidad de Oxford. Ryle fue una de las figuras más prominentes en el llamado "grupo de Oxford". Sin que pueda considerársele como un seguidor de Wittgenstein, Ryle coincide con este último en varios puntos importantes, especialmente en la importancia dada al examen del uso de ciertas expresiones del lenguaje corriente. Este examen del lenguaje no es lógico — o, mejor dicho, no es lógico-formal. No es tampoco ni sociológico ni lexicográfico; es "conceptual" en el sentido de que se propone "rectificar la geografía lógica" de conceptos. El lenguaje corriente no plantea problemas en la vida cotidiana; los plantea, sin embargo, cuando este lenguaje es empleado para propósitos teóricos. Entonces se engendran doctrinas absurdas y malos entendidos que es menester desenterrar por medio de un examen paciente de usos del lenguaje. La tarea del filósofo se parece por este motivo a la del cartógrafo. Como este último, el filósofo debe examinar mapas, pero "mapas conceptuales". La filosofía puede compararse a una "cartografía conceptual" fundada en el uso de los términos del lenguaje corriente.
El trabajo más influyente de Ryle es el que ha llevado a cabo sobre la geografía conceptual de las operaciones psíquicas. Ryle ha tratado de desenmascarar el "mito oficial" de tipo cartesiano que afirma la existencia de un "fantasma en la máquina", es decir, de un espíritu inmaterial "alojado" en el cuerpo. Pero lo mental no es, según Ryle, un objeto especial distinto de los demás; los actos mentales —o, en general, psíquicos— son simplemente los modos de disponerse a actuar en vista de tales o cuales circunstancias. Creer lo contrario es, según Ryle, cometer la falacia que llama "error categorial" (category-mistake), es decir, la adscripción de un determinado concepto a la categoría que no le corresponde. Se ha criticado a Ryle por mantener un "behaviorismo" o, más exactamente, un "behaviorismo conceptual", pero Ryle ha negado que sea un behaviorista: su obra sobre las operaciones mentales, dice, no es una obra de psicología y, por tanto, no se adhiere a ninguna teoría psicológica determinada; es solamente la erección de una "geografía mental" o de una "cartografía conceptual aplicable a los actos mentales". Ryle ha insistido en una distinción que considera fundamental: la distinción entre el "saber cómo" (knowing how) y el "saber qué" (knowing that). Esta distinción es aplicable a todos los conceptos y no sólo a los psicológicos. Una de las consecuencias de dicha distinción es el considerar las reglas de inferencia en el razonamiento como reglas de ejecución (performance). Ryle sostiene que lo que importa ante todo es el "saber cómo", es decir, la ejecución adecuada, lo cual implica una serie de "reglas de ejecución" que no son de carácter imperativo, pero que es menester seguir si se quiere aclarar el mapa conceptual.
El examen del uso de los conceptos del lenguaje corriente le ha permitido a Ryle despejar una serie de problemas que aparecen bajo la forma de "dilemas". Uno de los problemas más persistentes es el surgido de lo que podrían llamarse "conflictos de jurisdicción" entre diversas ciencias, o entre una ciencia y el sentido común. Ryle ha intentado mostrar que tales conflictos se atenúan y, a la postre, desaparecen cuando se ponen en claro que no había, en rigor, tal conflicto y que se trata de una cuestión de "modos de ver" o "modos de pensar" inconciliables entre sí solamente cuando cada uno de ellos estima que todos los demás deben "reducirse" a él.» (José Ferrater Mora, Diccionario de filosofía)