Nicolás Copérnico

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Nicolás Copérnico (1473-1543) Astrónomo y canónigo de Frauenberg, doctor en leyes por la Universidad de Ferrara. Autor del «sistema copernicano» o «heliocéntrico». Se trata de un modelo matemático, que situaba (frente a la teoría aceptada y extendida en la época, que correspondía al modelo geocéntrico) el sol en el centro del sistema planetario y los planetas en torno suyo, desplazando a la Tierra del centro del universo. La teoría heliocéntrica tenía sus antecesores (como Aristarco de Samos), y la cuestión fue tratada por diversos autores antes que Copérnico, como Juan Buridán, Tomás Bradwardine o Nicolás de Cusa, pero la exposición de Copérnico consiguió influir en autores como Galileo Galilei, Juan Kepler o Tycho Brahe y facilitar los descubrimientos que, con respecto a los movimientos de los planetas, determinaron estos astrónomos.

¿Por qué expuso su Teoría?:

  • 1) Por la excesiva complejidad del modelo vigente: 80 epiciclos diferentes.
  • 2) Porque el sistema de Ptolomeo era poco sistemático.

Para Copérnico, el Universo, por ser obra de Dios, debía ser matemático y simple (era un neoplatónico y el Universo tenía que tener unidad, perfección y armonía).

Innovaciones o axiomas del sistema de Copérnico:

  • 1) La Tierra no está en el centro del Sistema, y es un planeta.
  • 2) El Sol está en el centro del Sistema, inmóvil.
  • 3) Los planetas giran alrededor del Sol, y su orden es éste: Mercurio, Venus, la Tierra, Marte, Júpiter y Saturno.
  • 4) La Luna es un satélite de la Tierra y gira alrededor de la misma.
  • 5) La Tierra tiene tres movimientos: uno de TRASLACIÓN, alrededor del Sol, otro de ROTACIÓN, sobre sí misma y, un tercero (que es falso) de LIBRACIÓN, que es una especie de vibración.
  • 6) La esfera de las estrellas fijas es inmóvil y está mucho más lejos de lo que había pensado Aristóteles.


Redujo el número de epiciclos a 34, pero siguió manteniendo que las órbitas son círculos perfectos, así como el éter, los lugares naturales, los movimientos violentos, el Acto Puro y la finitud del cosmos (lo que Stefan Mason ha llamado «conservación del prejuicio pitagórico» de la perfección de los cuerpos celestes y sus movimientos) .

El libro en el que expuso su sistema es «De revolutionibus orbium coelestium» (1543), prologado por Andrés Osiander, obra que encontró muchas objeciones, fundamentalmente basadas en su crítica a la física aristotélica. Murió ese mismo año, antes de poder verlo publicado.